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Vivo de mis recuerdos


Tengo dos bellas flores en el jardín de mis amores, una rosa y un clavel, Mari Carmen y Juan Rafael. Son los dos hijos que me nacieron, de aquel clavel moreno, doblemente Caballero, caballero por su apellido, y caballero porque siempre lo fue.
Doce años hace que me quedé sin él, como no me volví loca, francamente no lo sé. Aún oigo sus pasos por el pasillo, y su voz por todo el piso. Y es que lo quise tanto, que algunas veces pienso, que su cuerpo se fue, pero su espíritu quedó aquí conmigo.
Los amigos ya no vienen a visitarme, nadie quiere consolarme, pero yo no me encuentro sola. Sabes que siempre tengo frente a mí al sagrado corazón y además, a nuestros hijos, que ninguno de los dos me abandona.
Recuerdo que me decías, no esperes nada ni de familiares ni de amigos, y yo me enfadaba contigo. Qué razón tenías, qué bien los conocías.
Y ya ves, empiezo recordando, meditando, filosofando, y al final termino hablando contigo. Como cuando te sentabas aquí a mi lado, y me dejabas hablar y hablar, y yo decía “Pero bueno, es que aquí tengo yo que hacer todo el gasto?” Y cogiéndome de la mano me decías “Me gusta tanto oírte hablar, pronuncias tan bien les das todo su sentido”
Vivo de mis recuerdos y amparada en mi fe que crece con los años. Y sé que cuando llegue mi final, allí, al final del túnel, tú me estarás esperando. Y ya nunca nos separaremos, subiremos al cielo, y allí estaremos toda la eternidad cantando las misericordias del Señor.
Y desde allí contemplaremos ese ramillete que nos dejamos acá, nuestras tres nietas, Virginia, Beatriz y María, y nuestros tres hijos, Mari Carmen, Rafa, y Juan Rafael.
Han crecido nuevas flores en el jardín de mis amores. 

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