Ir al contenido principal

Niceto



Niceto como en el pueblo le llamaban, aunque físicamente no valía mucho, era bajito y no bien parecido; pero era inteligente, trabajador y buena persona como no hay dos.

 Se casó con su novia de toda la vida, una chica preciosa, morena, muy trabajadora y ordenada, muy limpia, y además muy cristiana. Él trabajaba como auxiliar de notaría, su jefe lo quería, decía, como si fuese de su familia. Eran muy felices los dos, y bueno, ella se quedó embarazada. Fue quedarse embarazada y empezar a resentirse su salud. Cada vez estaba más endeble, con menos alegría, perdió el brillo de sus ojos… Y al dar a luz, poco después, falleció.

Niceto, como la quería tantísimo, quiso incluso quitarse la vida, decía que él no podía vivir sin su mujer. A la niña no quería ni verla, porque era el vivo retrato de su madre, y además, decía que ella era la causante de que su madre hubiese muerto.

Para olvidar, se dio a la bebida, se abandonó físicamente, el jefe tuvo que despedirlo de su trabajo. Fue un desastre su vida. Los amigos, que lo quería muchísimo porque siempre fue muy buena persona, lo ayudaron en todo lo que podían. Pero iba en declive.

Un día conoció a una chica, una pobre mujer que andaba pidiendo, muy abandonada. Le dio lástima y dijo:
 “Vamos a unir nuestras vidas”
Se unieron, y a partir de entonces pareció que volvió a animarse, a rehacer su vida. Ella parecía un poco retrasada, pero era muy buena persona, hacía todo lo que el quería, le reía las gracias. Se llamaba Fermina y él le llamaba Mangulina. Con su Mangulina, pues ,en fin.

 Ya uno de sus amigos lo colocó en una de sus fincas, le dio trabajo. Al fin empezó a vivir de otra forma.

Mangulina la pobre no había visto ni Jaén ni Granada, ni nada, nada más que el pueblo. Tenía mucha ilusión con ir a Granada.  Entonces le prometió que la llevaría y así lo hizo. Cuando fueron a la Alhambra, y vio los leones, que le daban miedo. Él que se guaseaba, le decía:

 “No si de día no hacen nada, cuando salen, es por la noche, que es cuando se ponen en movimiento”

Y ella le dijo:
 “Vámonos lejos de aquí, porque no sea que vayan a salir y nos hagan algo”

“No, no, si ellos no salen de la Alhambra, no te preocupes que sea de noche o de día, ellos no salen de la Alhambra



Pasaron por la puerta de un cine, y dice ella:
“Niceto, yo no he visto en mi vida una película, no he ido en mi vida al cine”
“Pues, ea, hoy vas a ir”

Sacó dos entradas y entraron en la sala. Él llego bajó su asiento y se sentó. Y ella la pobre como no sabía lo que había que hacer pues se sentó en lo alto del espaldar. Y le decía:

“Ay Niceto que mal estoy, que incómoda estoy, que mala es esta silla”

Y él no miraba siquiera.
“Cállate que nos van a llamar la atención por hacer ruido y no dejar a los demás que oigan bien la película”

Bueno cuando se encendieron las luces en el descanso aquello fue apoteósico. Los silbidos, las risas, diciéndole:
 “Que se baje la gallina del gallinero!”

Y ella miraba a uno y otro sitio y decía
 “¿De qué se ríen, Niceto, qué es lo que dicen?
“Anda calla, tú sigue a lo tuyo, tú tranquila, no te preocupes”

Pues ya regresaron, y un día llegó a su dormitorio y se la encontró llorando.
Le dijo:
” ¿Por qué lloras Mangulina? “
“No, porque estoy pensando que como tú eres mucho mayor que yo, posiblemente te mueras antes que yo, y ya me quedare abandona, sola sin tener ni que comer…”

Entonces él a pesar de que había dicho que no volvería a casarse porque no pondría jamás a nadie en el puesto de su esposa, pues le dio pena, de aquella criatura tan buena y tan inocente, y se fue a hablar con el sacerdote.
Le dijo:
 “Quiero casarme, Don Juan”
“¡Ya era hora hombre, ya era hora, que mira que lleva tiempo viviendo en pecado mortal!”

Total, que arregló todos los papeles en la iglesia, en el juzgado sin decirle nada. Fue pues a comentárselo a su hija, que ya era mayor. La hija quería mucho a la Fermina, porque decía que había sido la salvación de su padre, que si no hubiese sido por ella su padre no habría salido adelante. Entonces pues, dijo:
“Voy a casarme con ella, y quiero que vayas con ella a comprarse un vestido bueno, unos zapatos, en fin todo el equipo”

Entonces la hija le dijo a ella:
“Fermina que vamos a ir de boda y te vamos a comprar un vestido…”
“¿Para qué quiero yo un vestido?”
“Pues sí porque vamos a ir de boda

Incluso la hija le dio unos pendientes que había sido de su madre.
“Toma Fermina, estos pendientes fueron de mi madre, que se los regaló mi padre, y ahora quiero que te los pongas tú para ir a esta boda”

Niceto le compró una pulsera de oro, y ella decía:
“Madre! Me vais a poner más guapa que la novia!”
Y el ya le dijo:
 “Es que la novia, eres tú”

La pobre lloró de alegría, emocionada.

De la familia de su difunta esposa, que lo querían tanto porque era tan buena persona, el hermano fue el padrino, junto con su hija. Pero la sorpresa grande venía después. Cuando salían ya de la iglesia, le dijo Mangulina
 “Bueno, ¿Dónde vamos?”
“¿Dónde vamos a ir? ¡Pues a celebrar la boda! “

Le había preparado en un restaurante un banquete al que habían invitado a todos sus amigos, a los vecino de la calle.. Bueno fue una cosa grandiosa de verdad lo que le habían preparado. Además le había comprado unos billetes de avión para ir a Barcelona, donde había una hermana gemela de Fermina, Hermana que no sabía si quiera que la tenía, pero los amigos y compañeros lo habían averiguado.

La hermana había sido dada en adopción igual que ella, sólo que esta tuvo mucha más suerte, ya que la habían adoptado unos señores de dinero, y se crió como una gran señorita. No había venido a la boda como ella hubiese querido porque precisamente el día de la boda dio sepultura a su madre adoptiva. El padre había ya muerto antes.

En ese momento, pues pasó  a ser dueña de una inmesa fortuna que le habían dejado sus padres adoptivos. Cuando llegaron Niceto y Fermina, las dos hermana se abrazaron. Eran idénticas.
“No nos separaremos nunca más, viviremos los tres juntos”

EN el palacete donde ella vivía, les dejó el ala izquierda  para ellos, y el ala derecha para ella. Hicieron grandes viajes, por el mar, por tierra, en avión, cruceros… después fundaron una ONG para dedicarse a prestar sus servicios y dinero a personas necesitadas que estuviesen sufriendo tanto como había sufrido Fermina hasta que Niceto la recogió.

La ONG por capricho de Niceto se llamó Mangulina, porque decía que ese nombre para él era sagrado. La quiso mucho y fueron muy felices los tres, porque la hermana nunca se casó.

Y aquí termina, este cuentecito tan lindo que os he contado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Castillo de Locubín

El Amor Verdadero

¡Qué gozada no tener que levantarme a las seis de la mañana como todo el año! M i trabajo lo tengo muy distante, pero ahora tengo un mes de va ca ciones y algunos descansos que la empresa me debía. Estaba lloviendo, ¡y c ó mo gusta el tintineo de la lluvia en los cristales estando calentita en la cama! Me quedé de nuevo dormida, y justo a las ocho y media de la mañana me despert aron unos golpecitos en el cristal de mi ventana, casi me asusté porque yo vivo en un sexto, y entonces vi que a l otro lado había una preciosa golondrina, era ella la quedaba golpecitos con su piquito . M e levanté creyendo que al abrir la ventana se marcharía, pero no fu e así, ella se posó en mi mano, entonces pensé "pobrecita , debe de tener frío", porque estaba empapada . La empecé a acariciar y así la tuve un buen rato, sus plumas eran muy suaves, no sé si las golondrinas lloran pera ella tenía sus ojos llenos de lágrimas, de momento empezó a piar y piar, abrió sus alas y se marc...