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Atila

  
   Hace 16 años nació un pastor alemán, un perrito precioso pero travieso. Desde pequeño (sólo tenía un mes), ya ladraba y rompía los zapatos y calcetines a sus dueños.

      Lo trasladaron de domicilio, y era bonito verlo saltar por encima de los sillones, pues al ser el piso muy pequeño, no tenía otro sitio donde desfogar.

      Creció este perrito y se hizo un gran perro, y mientras tanto sus amos tuvieron una preciosa niña. Éstos temían que Atila tuviera celos de la pequeña, pero no fue así, sino que se encariñó tanto con ella que no permitia que ningún extraño se le acercara.


     Y creció también la niña, la cual quería mucho a su perro, pero a pesar de ello le tiraba del rabo y de las orejas, además de pisarle las patas con el triciclo. Atila, como la quería tanto, no hacía más que gruñir al ver la crueldad de la niña.

     Si se ponía malito, iba al dormitorio de sus amos y los llamaba con pena para que lo sacaran de paseo. Su amo, un hombre bueno y amante de los animales, lo sacaba aunque fuese a altas horas de la noche. Su ama le hacía ricas comidas y lo llevaba a sus constantes revisiones veterinarias.

     A Atila le gustaba mucho jugar con las piedras hasta que un día se tragó una de gran tamaño y no la pudo expulsar. Lo llevaron al veterinario, y tras hacerle una radiografía, lo operaron para sacársela. Después de esto tuvo que estar en reposo, al tiempo que recibía los cuidados de su familia. Al salir al parque tenía que llevar una camiseta puesta para que no se rascase en los puntos que le había colocado.

     El día del alta que Atila estuvo completamente repuesto, fue una gran alegría para la familia. Su pequeña dueña le hacía caricias y el perro agradecido le lamía las manos a ella y a sus papás.


Autor: Custodia Contreras Barranco


Comentarios

  1. Vamos a empezar a hacer comentarios, a ver si alguien más se va animando !

    Es verdad que yo le tiraba del rabo y de las orejas a Atila, pero también le tenía mucho cariño a mi perro ! :) Me ha gustado mucho esta historia, así como las demás de este blog !

    Un beso a la escritora y esperamos nuevas publicaciones.

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  2. jajajajjaj.... me encanta la historia de atila por que me recuerda a nuestra perra kata cuando era pequeña se comio todas las sillas de la cocina, aunque para mis hijas es una perra buenisima.

    Que le vamos a hacer ya la queremos un monton y es el bebe de la familia aunque pesa 50 kilos.


    Tita sigue contando historia que nos encantara leerlas y tu tienes muchas cosas que enseñarnos.

    un brazo y felicidades abuelita internautica.

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