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EL GENIL Y SU GRAN HERMANO EL GUADALQUIVIR

Un río granadino llamado el Genil va lenta muy lentamente en busca del gran río jaenero llamado Guadalquivir y en Palma del Río, un pueblo cordobés, allí se juntan y se dan un abrazo como si de viejos amigos se tratara, y empiezan a contarse sus penas y alegrías:

- ¿Qué te pasa amigo mío, que te veo tan apagadito? - dijo el Genil al Guadalquivir.
- ¿Qué me pasa? Lo mismo que a ti, que cada día dejan más estrechos nuestros cauces, porque los humanos siguen edificando en el terreno que corresponde a los ríos, nos echan toda clase de inmundicias, y no nos limpian
- ¡Ay si yo te contara amigo mío, hoy sin ir más lejos poco después de pasar por Granada, si supieras lo que me han depositado!
- No lo sé, pero tú me lo vas a decir.
- ¡Una cama!
- ¿Una cama, dices?
- Si, con su colchón, su almohada, su colcha y su manta, y una vez que la pareja la lanzaron dijeron: 
"Anda que te lave el río, lleva tanta mierda que una poca más que importa", y encima cuando descargan las nubes o hay deshielo en Sierra Nevada y nos desbordamos nos llaman de todo, lo mejor que nos llaman es asesinos, que matamos animales y seres humanos... En fin, qué pena tendrá el divino creador si desde allí arriba nos ve, que sí que nos verá porque él lo ve todo, y compare lo que fue que él hizo y en lo que lo han convertido. ¿Te acuerdas? ¡Qué bonito era cuando venían los zagales y las zagalas a bañarse en nuestras aguas con aquellos bikinis y aquellos bañadores que eran divinos...
- Y se lavaban y se iban limpios y fresquitos a sus casas. Nuestras aguas eran transparentes, se miraban en ellas como si de un espejo se tratara.

Y de pronto un barbo grande viejo y feo dejó medio cuerpo fuera y dijo:

- ¡Ya ésta bien, no os quejéis más! Pronto vendrá el invierno y lloverá y habrá deshielo y se aclararán vuestras aguas y, además, mira, hoy han nacido muchos alevines, y muchos más que nacerán porque tenemos a nuestras hembras, como dicen los humanos, embarazadas, y veremos volar sobre nosotros a esas aves tan bellas grandes, medianas y pequeñas, que abriendo sus alas volarán hasta donde están nuestros hijos a tragárselos, pero nosotros no protestamos porque sabemos que para eso fuimos creados... Bueno, ya os dejo para que sigáis protestando, yo de aquí no paso, y anda preparaos que algo os queda al llegar a Sevilla.

- ¿Qué te pasa, amigo "Guadal", que no dices una palabra?
-  Me pasa lo mismo que a ti, que han hecho mella en mí las palabras del barbo, qué nos
esperará en Sevilla que ya nos estamos acercando.

En ese momento se oyó una explosión tremenda.

- ¡Que miedo tengo, Guadalquivir!
- Toma y te crees que yo no... ¿Qué habrá sucedido?

Pronto lo supieron; un barco extranjero había entrado en el puerto cargado de armas, metralletas, fusiles, pistolas, municiones y droga y tabaco. Al verse descubiertos por la Guardia Civil, prefirieron inmolarse antes que entregarse.

Murieron dos Guardias Civiles y todos los que había dentro del barco; fue horroroso como quedó todo el puerto lleno de trozos de armas, de metralla, de los sacos de la droga, y bueno... ¡Menos mal que los barcos pescadores aún no habían regresado, y ese día no había muchos otros barcos de recreo!

- ¡Ay Guadalquivir! - dijo el Genil muy apenado - cuánto daría por poder regresar a mi Granada, aunque tuviera que aguantar que me tiraran camas y otras suciedades...
- Yo pienso lo mismo que tú amigo mío, cuanto daría yo por volver a la Sierra de Cazorla e incluso pasar por Mengíbar, Villanueva de la Reina y Andújar, pero no es posible, no hay más remedio que seguir y seguir hasta donde nos permitan llegar, lo único que tenemos que pedir es que sigamos siempre los dos juntos, que nada nos separe, incluso cuando lleguemos al mar, que allí si tenemos que revolvernos con tantos otros ríos cada uno de su condición, allí sí que tenemos que pasarlo mal, y bien, vamos a dejarnos de pesimismos... 
¿Sabes lo que te digo? Que igual tenemos suerte y nos encontramos con una sirena de esas que dicen que son bellísimas en el mar, y entonces no lo pasaremos mal, sino todo lo contrario, lo pasaremos fenomenal.

FIN

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