Llamó Timotea a su amiga Onorata para contarle el grave problema que tenia ¡mi gato se ha enamorado! El piso que había frente al mío y que estaba cerrado hacía años se vio que el había movimiento.
El gato de Timotea era grande, fuerte, su piel era como la de las tigres, de ahí que le pusieran de nombre tigre.
Aunque de tigre no tenía nada. Era tranquilo, no se subía a las butacas ni a las camas, no tocaba nada y eso si le molestaban mucho que no lo dejasen dormir o comer tranquilo.
Un día, Tigre empezó a estar muy nervioso. Timotea no sabía que le pasaba, hasta que vio a una preciosa gata siamesa en la ventana de enfrente. Y aconteció lo peor que podía pasar, la gata se puso en celo y muy coqueta se ponía en la ventana a limpiarse su carita.
Tigre dejó de comer, se puso muy delgado, pero a Doña Anselma no le gustaba el feo gato de la vecina. No era un buen partido para su Princesita que era su nombre.
Llegó un camión de mudanzas a traer muebles y princesita que también se había enamorado de Tigre, se escapó y se escondió en la escalera. Timotea veía que Tigre muy nervioso no se retiraba de la puerte, abrió y salió como un rayo. Unos minutos después llamó a la puerta Doñ Anselma y muy alterada preguntó si estaba allí su gata. Timotea que estaba muy enfadada por que la señora despreciaba a su gato, aprovechó la ocasión para mortificarla y con recochineo le dijo "¡ No, no está su gata, pero tampoco está el mío!"
Un chavalín que subía por la escalera dijo "Yo los vi a los dos subir para la terraza".
Doña Anselma muy furiosa entró en su casa, salió con un palo diciéndo "Cómo le haya hecho algo a mi princesa lo mato". Timotea pensó, "esto es la guerra" cogió una escoba y fue tras ella. Doá Anselma estaba allí como si fuera de piedra. Cuando ella llegó el acto acababa de ser consumado y Tigre se sacudió y con mucha chulería pasó mirándola como con desprecio. Daba pena la señora, soltó el palo sin hacer además de utilizarlo y cogió a su gatita llorando y diciendole "me la han violado".
Al día siguiente todo apareció muy cerrado y despues vendría un camión que se llevó todo.
Otra vez quedó el piso vacío y otra vez tigre volvió a ser aquel gato tranquilo que siempre había sido. Pasó un tiempo, Timotea no recoraba cuanto. Oyó al otro lado de la puerta un ruidito, abrio y... allí había una cestita con cuatro cachorritos de gata y una nota que decía "ahí tienes lo que tu malvado gato hizo con su violación."
Tigre resultó ser un padre desnaturalizado, no queria a los gatitos que eran preciosos. Dos como el padre, machos, y dos princesitas.
Anunciaron un concurso para gatos y Timotea presentó a sus gatitos acompañados de una historia muy bonita "La madre les habia abandonado de recién nacidos y el padre los había cuidado". Para ellos fue el primer prepio que fue una cantidad importante. Doña Anselma al enterarse quiso que le diera la mitad, pero Timotea dijo que sus gatitos eran huérfanos de madre. Después le rogó que le vendiera una pareja porque su princesa estaba muy triste. Fue generosa Timotea y se los regaló, diciéndole "como me entere que no los cuida bien, voy y hago con usted lo que usted quiso hacer con mi gato". Pareció ser muy convincente, porque la señora todos los meses le mandaba una foto para que viera la evolución de los gatos. Los otros se los vendió al veterinario que los cuidó desde que llegaron y Tigre volvió a ser el Señor Don gato. Y colorín colorado aquí termina la historia de Timotea y y de su gato enamorado.
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