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Mostrando entradas de 2013

Casilda y Cecilio

Solía decir su padre que su niña era como una perita en dulce. Era preciosa, menudilla, pero tenía un cuerpo muy bien formado, unas piernas preciosas, de cara muy bonita, y además era alegre como unas castañuelas. Siempre estaba cantando, bailando, en la sección femenina aprendió a bailar todos los palos, bailaba jotas, sevillanas, bailes regionales... Y en todas las fiestas que había en el pueblo era invitada. Así fue un día a una fiesta campera que uno de los señores más adinerados del pueblo daba. Y vino un acaudalado granadino, juerguista, mujeriego, que en cuanto vio a al chiquilla se enamoró de ella, y ya no dejó de perseguirla. Le mandaba un ramo de flores diario, en el ramo una joyita... Bueno los padres no sabían cómo hacerle ver que aquello no le convenía “NO prestes atención a ese hombre que va a ser tu desgracia” Le decía la madre. Pero ella estaba entusiasmadísima. Y tan entusiasmada que a los pocos meses salió con una barriga. Este hombre le puso un piso, se lo am...

Niní y la liebre más querida del bosque

Aunque era muy joven, vivía sola en su madriguera. Se quedó huérfana muy chiquitita, sólo tenía unos días cuando un galgo atrapó a su madre, la llevó ante el cazador viva, y el cazador allí a quemarropa le pegó un tiro y la mató. Entonces el señor Jeromo, un búho real que era el presidente de la comunidad, convocó una reunión de urgencia para ver qué hacían con la liebrecita, y acordaron que todos serían sus padres y cuidarían de ella. Así lo hicieron, y se crió muy feliz. Todos sintieron mucho la muerte de Doña Petra, la madre de la liebrecita. Ësta era maestra, y a casi todos les había enseñado a leer y a hacer números, gimnasia... y a ser buenos animalitos. Y por eso, todos se volcaron en atenciones con su hijita, y creció siendo muy bonita. Era muy prudente, muy obediente, limpiaba muy bien su casita, se aseaba muy bien ella, y cuando terminaba de hacer todas sus faenas, todas las mañanas, se iba a hacer grandes carreras por el bosque. Al salir todos los días se encontrab...

Vivo de mis recuerdos

Tengo dos bellas flores en el jardín de mis amores, una rosa y un clavel, Mari Carmen y Juan Rafael. Son los dos hijos que me nacieron, de aquel clavel moreno, doblemente Caballero, caballero por su apellido, y caballero porque siempre lo fue. Doce años hace que me quedé sin él, como no me volví loca, francamente no lo sé. Aún oigo sus pasos por el pasillo, y su voz por todo el piso. Y es que lo quise tanto, que algunas veces pienso, que su cuerpo se fue, pero su espíritu quedó aquí conmigo. Los amigos ya no vienen a visitarme, nadie quiere consolarme, pero yo no me encuentro sola. Sabes que siempre tengo frente a mí al sagrado corazón y además, a nuestros hijos, que ninguno de los dos me abandona. Recuerdo que me decías, no esperes nada ni de familiares ni de amigos, y yo me enfadaba contigo. Qué razón tenías, qué bien los conocías. Y ya ves, empiezo recordando, meditando, filosofando, y al final termino hablando contigo. Como cuando te sentabas aquí a mi lado, y me dejabas ...

Mi caballo alazán

Tengo el caballo en la puerta para llevarte conmigo a un lugar maravilloso donde ningún humano ha ido. Mi caballo tiene herradura en las patas, pero también tiene alas. Y comenzamos el viaje galopando por la fina arena de la playa, y dándonos la brisa del mar en la cara. Yo sentía tu calor a mis espaldas, tus brazos, mi cuerpo rodeaban. Galopamos por valles y cañadas. Y en aquella cordillera alazán, mi caballo nos bajó a la puerta de una cabaña. Dentro había una hoguera encendida y una carme aromática encima de la mesa. Comimos hasta saciarnos, y después al calor de la hoguera pasamos toda la noche juntitos. Al amanecer el nuevo día, alazán, nos despertó con un relincho, diciendo que era hora de emprender de nuevo el viaje. Subimos sobre su lomo y abrió sus enormes alas, y salimos volando hasta subir a las nubes, qué bonito era contemplar todo desde allí arriba. Ciudadades como Nueva York, Buenos Aires, Londres, París… Y volamos sobre grandes ríos como el Amazonas, y océanos co...