Ir al contenido principal

NANI


A mi sobrina Encarni
Fuiste siempre una flor muy linda, de pétalos aterciopelados, color rojo brillante y aroma muy agradable. Lucías feliz y orgullosa, erguida sobre tu tallo, en el jardín no hubo nunca ninguna otra flor que igualara tu hermosura. 
Pero vino un vendaval, tu tallo rompió, tus pétalos cayeron al suelo y perdieron su brillo, su aroma y su color. El sol se ocultó y todo oscuro quedó, pero no temas mi niña, esto son pruebas que manda el Señor, y tú no estás sola, nos tienes a todos a tu alrededor. Lucha con fuerza, mi cielo, esto es una guerra. Las guerras las ganan los ejércitos, y nosotros formamos un batallón. Vamos a ganar esta guerra, sin cañones, fusiles ni metralletas, capitaneados por los médicos y con la fuerza de nuestra oración. Y como el ave fénix, pronto tú resurgirás, tus pétalos volverán a ser aterciopelados y tendrán su aroma, su brillo y su color. Y tu pensarás que todo fue una pesadilla, cuando al despertarte una mañana veas entras por tu ventana los primeros rayos de sol, entonces mirarás al cielo y dirás: “Gracias Dios mío por haberme sacado de las tinieblas de este mal sueño”. Y tendrás muchos años de felicidad y cuando ya muy viejecita vayas un día por la calle a dar un paseo, al teatro o al cine, con tu marido, cogidos los dos del brazo, oirás una voz que dirá: “¡¡Abuela, abuelo!!” Y verás venir a tus hijas llevando de la mano a tus nietos para abrazarte y besarte con todo su cariño y amor. Y entonces pensarás “Valió la pena seguir viviendo, gracias por haberme querido tanto, Señor”.






Comentarios

Entradas populares de este blog

Castillo de Locubín

El Amor Verdadero

¡Qué gozada no tener que levantarme a las seis de la mañana como todo el año! M i trabajo lo tengo muy distante, pero ahora tengo un mes de va ca ciones y algunos descansos que la empresa me debía. Estaba lloviendo, ¡y c ó mo gusta el tintineo de la lluvia en los cristales estando calentita en la cama! Me quedé de nuevo dormida, y justo a las ocho y media de la mañana me despert aron unos golpecitos en el cristal de mi ventana, casi me asusté porque yo vivo en un sexto, y entonces vi que a l otro lado había una preciosa golondrina, era ella la quedaba golpecitos con su piquito . M e levanté creyendo que al abrir la ventana se marcharía, pero no fu e así, ella se posó en mi mano, entonces pensé "pobrecita , debe de tener frío", porque estaba empapada . La empecé a acariciar y así la tuve un buen rato, sus plumas eran muy suaves, no sé si las golondrinas lloran pera ella tenía sus ojos llenos de lágrimas, de momento empezó a piar y piar, abrió sus alas y se marc...