Estampaito era un burro jovencito que había nacido precioso. Su piel era de un gris oscuro, pero tenía muchas manchas blancas, por eso el amo le puso Estampaito. Era el burrito más feliz del mundo porque estaba todo el día en el prado con su madre, que además de amamantarlo le iba enseñando a comer los brotes de hierbas que a él tanto le gustaban, sobre todo por las mañanas cuando estaban tan fresquitas. Retozaba, jugaba y se criaba muy lindo. Su única pena era cuando veía como Eustaquio, el amo, pegaba a su madre con aquella vara. Y mucho más que a su madre, al burro de la noria, que su mamá le había dicho que era su padre, a éste sí que lo maltrataba. Este hombre no era feliz en su matrimonio y cada vez que tenía una discusión con su esposa la pagaba con el pobre animal. No le daba de comer nada más que por la mañana un poco de paja y un puñado de cebada y por la noche igual. Bebía agua dos veces al día y al pobre burro se le caía cada lágrima porque se moría de sed… y decía: -...
Narraciones de una abuelita para pensar