EL GATO LORENZO Don Raimundo era un abogado, pero no trabajaba, vivía de una buena pensión que le pasaba su madre. Esa noche hacia un frío que pelaba, eran las dos de la mañana, ¡y venía con una merluza encima...! Porque había estado toda la noche de juerga... Al ir a coger el coche vio que en lo alto del capó había un gato y éste empezó a ronronearle, entonces le dijo: - Anda sube, que no te voy a dejar ahí pasando frío, ya veo que te gusta rondar a las gatas de noche como a mí. Al llegar a casa estaba todo manga por hombro como lo había dejado antes de irse y pensó: "Verás mañana cuando venga la Raimunda y lo vea todo" y mirándolo dijo: - Acomódate donde puedas. Se quitó la corbata y los zapatos y se tiró a la cama, y el gato se acurrucó junto a él, y así los encontró Raimunda cuando llegó a la mañana siguiente: - Venga, levanta, perezoso, que va a llegar tarde, que ya son las doce del medio día. - ¿Las doce? ¿Y por qué tengo yo que madrugar tanto? - Pu...
Narraciones de una abuelita para pensar