Tengo una casa escondida en lo más profundo de Sierra Morena, donde creo que les da miedo acercarse hasta a las fieras. Lo primero que hice fue una cabaña para resguardarme; los primeros días tuve que dormir en lo alto de un árbol y con la escopeta montada porque las fieras acudían al olor, y venían con intenciones de devorarme. Después me dije: "Tengo que averiguar donde hay agua", porque las garrafas que traje, aunque las iba administrando al máximo ya me iba quedando poca y sin agua no podía vivir. Empecé a andar y a andar... aquel día volví cansado y desanimado porque por ningún sitio encontré agua, pero no cesé, y al día siguiente también al ser de día estaba andando por allá buscando agua. ¡Y qué alegría más grande, me encontré con un venero por el que salía tal cantidad de agua que pensé: "Aquí hay para dar agua a un pueblo", pero entonces vi que salían unos tubos por donde nacíael agua y pensé: "Tengo que averiguar a por donde va", y cogí mi pal...
Narraciones de una abuelita para pensar